Una de las formas más recomendables para usar las semillas de sandía y aprovechar sus propiedades, es haciendo un té.
Las semillas de la sandía son ricas en citrulina, un compuesto orgánico con propiedades antioxidantes. Dilatan los vasos sanguíneos, y por lo tanto ayuda en el tratamiento de la aterosclerosis, la hipertensión y la angina de pecho.
A principios del siglo 20, un grupo de científicos americanos explicó que las semillas de sandía son eficientes en el tratamiento de enfermedades renales e infecciones urinarias.
Según sus resultados, el té de semillas de la sandía es un excelente diurético y se recomienda para los pacientes que necesitan eliminar las piedras en los riñones y el tracto urinario.
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